La inteligencia artificial ya no solo asiste a los programadores. Ahora también escribe código, decide estructuras y lanza funciones sin intervención humana. Esta práctica emergente tiene nombre: vibe coding. Consiste en programar mediante indicaciones en lenguaje natural. La IA interpreta la intención del usuario y genera el software.
Lo que comenzó como una función de autocompletar ha evolucionado en algo mucho más profundo. Plataformas como Cursor o Windsurf permiten a desarrolladores dictar ideas, mientras modelos de lenguaje transforman esas ideas en código ejecutable. El programador ya no empieza desde una línea en blanco; empieza con una conversación.

Steve Yegge, veterano de Google y AWS, observa cómo múltiples proyectos avanzan sin necesidad de teclear una sola línea. La IA genera pruebas, estructuras lógicas y hasta organiza archivos. Según su experiencia, ahora puede idear y probar en simultáneo, aunque advierte: “Solo estoy quemando tokens”.
No todos lo celebran. Aunque empresas como OpenAI, Anthropic y Google impulsan esta revolución, también hay quienes temen una crisis laboral. La posibilidad de que los LLM escriban el 90% del código preocupa a ingenieros tradicionales.
Sin embargo, expertos como David Autor (MIT) recalcan que la ingeniería avanzada es difícil de automatizar. Es más, el vibe coding podría amplificar la capacidad de quienes antes no podían programar. Así como Python hizo accesible el código, la IA podría facilitar que más personas creen software sin experiencia técnica.
Esto plantea un dilema: ¿será la IA un reemplazo o una herramienta de empoderamiento? Para algunos, la rapidez de esta transición recuerda el efecto Uber: más personas haciendo más trabajo por menos dinero. Para otros, es una oportunidad sin precedentes para rediseñar la relación entre humanos y código.
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Lo que sí está claro es que la codificación por intuición no elimina la necesidad de saber programar. Al contrario, cuando el modelo falla o produce errores, solo quien entiende la lógica puede resolverlos.
Por eso, aprender a programar sigue siendo una habilidad valiosa. Aunque la IA escriba el código, entender cómo guiarla es lo que marcará la diferencia. Saber construir con lógica, modularidad y pensamiento crítico será más útil que nunca.
Y tú, ¿vas a esperar a que te lo haga la IA o quieres entender lo que hace?
Artículo adaptado publicado en WIRED.